La colección de Cristina de Suecia en Madrid

"La colección está formada  por casi mil obras. El conjunto inicial y más importante procede de la Colección Real, con piezas, entre otras, de diferentes etapas del mundo  clásico" - Museo del Prado.

El coleccionismo artístico se ha desarrollado con la historia. La importancia del mundo clásico no ha hecho más que mantenerse y en épocas concretas aumentar exponencialmente. El Renacimiento se basaba en revivir ese pasado artístico que en tanta estima se tenía después de pasar por varios siglos de "oscuridad" tal y como veían la Edad Media. Italia es el foco del coleccionismo y el lugar donde se estudia la antigüedad. El siglo XIV busca imitar a los antiguos; poetas, escultores, pintores, arquitectos. También se utilizarán los valores del antiguo imperio romano por parte del Pontificado para recuperar su prestigio y legitimar sus acciones. Es en este momento cuando se hacen las grandes modificaciones de la Basílica de San Pedro, y se restauran importantes monumentos del pasado (basílicas, teatros y domus). Roma es un lugar de estudio y análisis, donde cualquier artista puede estudiar la multitud de ruinas para reconocer y aprender los elementos artísticos del mundo clásico. Se inician los viajes a Roma como parte de la formación de los artistas (como si fuesen las prácticas obligatorias de la carrera hoy). Los reyes copian las obras más famosas como hizo Felipe IV, además de organizar espacios para su exposición. Es una ciudad que vive del arte, donde pasan viajeros y se establecen artistas y aficionados. La reina María Cristina de Suecia, tras su renuncia al trono y conversión al cristianismo se establece en Roma. 

Este panorama comprender la conformación de la colección de Cristina de Suecia. En primer lugar, su colección ya habría incluido en 1612 los maravillosos tesoros de la cámara de maravillas del emperador Rodolfo II de Praga. En ella se encontraban objetos de plata, oro, huesos, relojes, autómatas, libros, manuscritos y más de tres mil cuadros. Además, la reina Cristina de Suecia había comprado bibliotecas y colecciones a particulares dado su interés por la filosofía y el saber, incluyendo más manuscritos. En 1688 renuncia a su trono y se establece en el Palacio Riario de Roma, hoy una de las dos sedes de la Galería Nacional de Arte Antiguo, ubicada en el barrio del Trastévere. Se convierte en un personaje importante en la ciudad; funda bibliotecas, contribuye a la creación de las academias y anima a los círculos culturales. Gozaba de una gran reputación en el panorama europeo. Durante su estancia colecciona escultura clásica de diferentes lugares de la ciudad. Todas estas se ubicaron en diez habitaciones del palacio, las cuales tenían las paredes decoradas con paisajes y tapices. Todas estaban alineadas, la mayoría eran de mármol y habría también columnas antiguas, bajorrelieves y bastantes bustos.

En 1689 muere Cristina de Suecia y todo su patrimonio artístico pasó a un cardenal y este a su hijo quien vendió los muebles de la colección a la nobleza romana (Alessandro VIII) y en 1722 la colección de cuadros, estatuas, tapices y medallas al duque Livio Odescalchi. La colección de Odescalchi se dividió en secciones para su venta, que se dará entre 1720 y 1724. En este último año, Felipe V compra la sección de escultura por 12.000 doblones. Incluían más de 200 piezas de escultura de diferentes calidades y tamaños, relieves, urnas, y otras piezas arqueológicas de piedra. En este momento también comprará la colección del Marqués del Carpio; forma parte de la Colección Real y también del Museo del Prado.
Felipe V había sido educado en el Buen Gusto y sentía gran interés por las antigüedades, así como Isabel de Farnesio que también se interesaba por el arte y las antigüedades. Estos valores serán primordiales para su reinado. Será un reinado donde el arte cobrará importancia; se fundarán Academias, se pone en valor la arqueología hispanorromana y se revalorizan las obras de los anticuarios renacentistas, valores que pasarán a sus sucesores. Las piezas compradas se destinaron a decorar el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, lugar de residencia de la corte española durante el reinado de Felipe V. Allí serán restauradas por los daños causados durante el viaje en barco. Para reconocer la pertenencia a cada colección, en 1746 se decide señalar las piezas propiedad de la reina Isabel de Farnesio con una flor de Lis y las de Felipe V con un aspa o cruz.

Felipe V muere el 9 de julio de 1746. Razón para la cual la reina ordenó acondicionar todo el piso de debajo del Palacio para ubicar por entero la colección. En 1751 ordena a su anticuario y bibliotecario Eutichio Ajello y Láscari la realización de un inventario de toda la colección. Sin embargo, tras haber realizado un primer esquema de lo que iba a ser la descripción completa, la reina, insatisfecha, desistió del cometido. Es una suerte de cuaderno, donde podemos reconocer perfectamente por sus dibujos, las piezas que hoy encontramos expuestas. Isabel de Farnesio muere en 1766. La corte de Carlos III ahora rey, se traslada a Aranjuez y La Granja queda deshabitada. Se llega convertir en almacén de obras que servían para trasladarse a los distintos reales sitios. Durante su reinado, la colección se mantuvo tal cual se quedó con la muerte de su madre.

Más adelante, Carlos IV llevó a cabo una medida nunca vista en la historia de la colección real. Decidió realizar el vaciado de todas las piezas que se encontraban en La Granja. Estos vaciados se quedarían en La Granja como exposición de lo que había sido, mientras que las piezas reales serían trasladadas entre otros lugares a Aranjuez. Los moldes de estos vaciados se llevaron a la Real Academia de Bellas Artes como material de los artistas que estudiasen la antigüedad. Los vaciados que se mantuvieron en La Granja serían la base de las posteriores restauraciones de las piezas hasta día de hoy. En 1819 Fernando VII funda el Museo de Pintura y Escultura, donde se ubicarán las esculturas originales de la colección que se encontraban en los reales sitios. Las esculturas griegas o originarias del arte griego, sobre todo personajes mitológicos se encontraban en la Sala Primera hacia 1907. Estos se trasladan en 1829. Hoy en día de esta colección hay 41 esculturas grecorromanas expuestas. 

Esta colección y la importancia de Felipe V e Isabel de Farnesio como grandes impulsores del arte, junto a una admirada Cristina de Suecia conforman un panorama artístico y arqueológico sin igual, del que podemos disfrutar a un tiro de piedra. Incluso hoy, la página web del Museo del Prado cuenta con imágenes de catálogo para cada pieza, las cuales se pueden ampliar y admirar cada detalle de sus esculturas. Son dos siglos de colección. Dos países diferentes. Más de tres épocas de vida. Son esculturas trasladadas, restauradas, inventariadas, estudiadas. Esculturas que nos conducen a esa antigüedad que aún hoy tiene gran valor.

Bibliografía
De Alledesalaza, Úrsula. La Reina Cristina de Suecia. Madrid: Marcial Pons Historia, 2009.
Elvira Barba, Miguel Ángel. Las esculturas de Cristina de Suecia: un tesoro de la Corona de España. Real Academia de la Historia, 2011.
López Simal, Mercedes. «Isabel de Farnesio y la Colección Real Española de Escultura. Distintas noticias sobre compras, regalos y restauraciones y el encargo del "Cuaderno de Ajello".» Archivo Español de Arte, LXXIX, Julio-Septiembre, 2006: 263-278.
Perea Yébenes, Sabino. «La colección de escultura clásica de la Reina Cristina de Suecia en el Museo del Prado.» Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 64, 1998: 155-160.
Ponz, Antonio. Viage de España, vol. X. Madrid, 1781.


Obras
La Reina Cristina de Suecia, Sebastien Bourdon (1653) Museo del Prado
Felipe V, rey de España, Jean Ranc (1723) Museo del Prado
Isabel de Farnesio, Miguel Jacinto Meléndez (1718-1722) Museo del Prado 
Grupo de San Ildefonso, Cuaderno de Ajello, lápiz sobre papel (XVIII) Museo del Prado 
Grupo de San Ildefonso,Vaciado en yeso del original, (siglo XIX) La Granja de San Ildefonso 
Grupo de San Ildefonso, Escuela de Pasíteles, mármol blanco de Carrara, Museo del Prado (ca. 10 a.c)



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